martes, 18 de junio de 2013

Receta dedicada a Frida Kahlo (del cuaderno de apuntes)



Frida Kahlo
El escritor Carlos Fuentes describe a Frida Kahlo como una diosa azteca, “exhibiendo su propio cuerpo lacerado y sus manos ensangrentadas como otras mujeres exhiben sus broches”. Cuando era niña tuvo polio y después sufrió un accidente que le dejó múltiples fracturas en la pelvis y en la columna vertebral. Empezó a pintar en esa convalecencia y se convirtió en una de las artistas plásticas más importantes de América Latina. Era una mujer apasionada: amó a hombres y mujeres, se casó con Diego Rivera – su gran amor de toda la vida- y fue amante de León Trotsky.

Esta carta (que sigue en el texto) dirigida a la pintora Jacqueline Lamba (esposa de André Breton) miembro del círculo surrealista y con quien Frida estuvo en contacto desde 1938, es una melancólica despedida:

Desde que me escribiste, en aquel día tan claro y lejano, he querido explicarte, que no puedo irme de los días, ni regresar a tiempo al otro tiempo. No te he olvidado –las noches son largas y difíciles-.
El agua. El barco y el muelle y la ida, que te fue haciendo tan chica, desde mis ojos, encarcelados en aquella ventana redonda, que tú mirabas para guardarme en tu corazón. Todo eso está intacto. Después, vinieron los días, nuevos de ti. Hoy, quisiera que mi sol te tocara. Te digo, que tu niña es mi niña, los personajes títeres areglados en su gran cuarto de vidrio, son de las dos.
Es tuyo el huipil con listones solferinos. Mías las plazas viejas de tu París, sobre todas ellas, la maravillosa Des Vosges. Tan olvidada y tan firme.
Los caracoles y la muñeca –novia, es tuya también- es decir, eres tú.
Su vestido, es el mismo que no quiso quitarse el día de la boda con nadie, cuando la encontramos casi dormida en el piso de una calle.
Mis faldas con olanes de encaje, y la blusa antigua que siempre llevaba… hacen el retrato ausente, de tus ojos y tu pelo cambia con el viento de México.
Tú también sabes que todo lo que mis ojos ven y que toco conmigo misma, desde todas las distancias, es Diego.
La caricia de las telas, el color del color, los alambres, los nervios, los lapices, las hojas, el polvo, las células, la guerra y el sol, todo lo que se vive en los minutos de los no relojes y los no calendarios y de las no- miradas vacías, es él.
Tú lo sentiste, por eso dejaste que me trajera el barco desde Havre, donde tú nunca me dijiste adiós.
Te seguiré escribiendo con mis ojos, siempre.
Besa a la niña.”
-Revista veintidós, año 2 N° 84 – El diario de Frida Kahlo, con introducción de Carlos Fuentes- Norma-
Frida Kahlo merece un plato fuerte, sensual, con mucha personalidad marcada…, y el plato dedicado a ella me haría pensar en la fragilidad de sus formas, sin embargo también en la fuerza de su esencia y la voluptuosidad de la carne, en su torbellino de dulzura y picante intensidad, en un plato único y con personalidad…
Comenzaría con triángulos de masa filo atrapando pistachos molidos grueso entre tres hojas, en un total final de tres, pintando con aceite de oliva y pimienta negra recién molida, cocidos al horno y reservando para completar el plato.
Un tomate (jitomate) confitado al horno con oliva, cortado en 4 gajos; eneldo para decorar, gigot de oveja cortado en cubos de 2 cm macerados en tequila, azafrán y ají picante (habanero) durante dos horas, luego salteado en aceite de maíz y terminados de cocinar con el líquido de la maceración más el agregado de jengibre fresco cortado en finas láminas, y antes de retirar los tomates confitados y bolitas de aguacate (palta, avocado).
Corregiría con sal y azúcar, lo presentaría colocando en el plato una parte del guiso, un triangulo de la masa filo, otra parte del guiso y así sucesivamente en forma de abanico, coronaría la base con granos de maíz cocido, tibio, y decoraría con una ramintas de eneldo (en México utilizaría epasote). Como guarnición tres quenelles o quenepas de guacamole.

GOCES INTIMOS o "FRIDA KAHLO"
Guiso picante de cordero con crujientes de pistacho y
guacamole

Ingredientes: (para dos amantes)
- 1 paquete de masa filo -descongelado y mantenido húmedo con un paño-
- ½ taza de pistachos
- aceite de oliva
- 1 huevo
- Sal y azúcar
- Eneldo fresco para decorar o epasote (solo se consigue en México)
- 400 g de Gigot -cortado en cubos de 2 a 3 cm.- (pata trasera del cordero)
- ½ vaso de tequila "José y Cuervo" o el que tenga.
- 1 tomate confitado al horno -en gajos de a ¼ -
- 1 cucharadita de azafrán en hebras o un dadito de azafrán molido.
- 1 ají -chile- picante ( tipo guindilla o un chile habanero)
- Aceite de maíz para freír
- 2 cucharadas de jengibre fresco -cortado en finas láminas-
- 1 aguacate / palta / avocado -grande y maduro-

Varios: Guacamole
- 1 palta madura (aguacate, avocado)
- ½ cebolla blanca -picada fina-
- ½ chile verde -ají picante- picado muy fino (incluyendo semillas si le gusta muy picante)
- 1 tomate pelado y despepitado -picado en cuadraditos.
- 1 yema de huevo batida
- ½ cucharada de salsa Worcestershire
- Sal a gusto.

Procedimiento:
Para el guacamole prepare un puré con todos los ingredientes. En caso de no usarlo inmediatamente deje dentro el carozo -hueso- del aguacate, para que no se oxide.
Separe con cuidado las hojas de masa filo. Pinte con aceite de oliva (puede reemplazarlo por mantequilla derretida) de a una, espolvoree con pistachos molidos y colocar otra encima. Pinte nuevamente con oliva y espolvoree con pistachos y, así una vez más -forme una capa de tres o cuatro hojas, dejando siempre los pistachos encerrados dentro. Corte triángulos de unos 12 a 15 cm. de lado. Pincele levemente con huevo batido y lleve a horno -temperatura media- hasta dorar bien. Retire y reserve. Escalde en agua caliente el tomate. Pele. Pártalo al medio y saque las semillas. Corte en gajos de a ¼ . Pinte con aceite de oliva y lleve a horno bien caliente hasta que casi se sequen.
Coloque la carne en cubos en un bol. Agregue el tequila, azafrán, ají picado y sal. Marine durante 1-2 horas. Escurra la carne y saltee –sellándola bien- en aceite de maíz, cuando se dore, agregue la marinada completa, el jengibre y deje evaporar el alcohol durante unos minutos. Incorpore el tomate confitado y la pulpa de la plata -en bolitas o cuadraditos-, cocine un minuto más. Corrija con sal y azúcar.
Armado del plato: en dos recipientes -tipo bols chinos o vasijitas de barro- coloque el guacamole o haga con el unas quenepas para colocar al lado del guiso.. En un plato playo ponga una cucharada de guiso, cubra parcialmente con un triángulo de masa con pistachos,
coloque encima otra cucharada de guiso y continúe así hasta terminar con guiso -tomando la forma de un abanico- en el borde de abajo coloque una a dos cucharadas de granos de maíz (elote) cocido y tibio. Decore con ramitas de eneldo fresco o epasote. Sirva con Tequila o Margarita.



Publicado hace mucho tiempo en mi cuaderno de notas sobre afrodisíacos 


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